Al cuarto día de los temblores, el 13 de setiembre de 1692, fueron los grandes terremotos que desplomaron los edificios y templos de la ciudad de Esteco, una de las mas comerciales de Tucumán, pareciendo a las familias bajo los escombros, y luego sumergidas las ruinas por la inundación del torrentoso río de las piedras, que desbordados de su cause, se derramo sobre la población arruinada convirtiendo sus ruinas en un largo, que permaneció más de ochos años. Las familias que se salvaron, se dirigieron a Jujuy, porque en Salta seguían los temblores.
Hoy el territorio de Esteco es una montaña impenetrable, que solo le pueden designar al viajero y revelar su existencia.
Los mismo terremotos y con igual o mayor intensidad se sintieron en Salta, por la razón y causas geológicas de estar situada sobre los planos de la cordillera de los Andes. Pero los sáltenos, que imploraron desde luego el auxilio de Dios omnipotente, que rige y gobierna los elementos y la naturaleza en todas sus leyes físicas y las subordinadas a su voluntad y con el auxilio de la Purísima Virgen, no tardaron en recibir la protección que solicitaban por medio de los asombros milagrosos del Señor Crucificado del milagro.
Como testimonio de gratitud por los milagros ocurridos en los terremotos del 13de setiembre de1692, la festividad del Señor y la virgen del Milagro se solemniza desde entonces como fiesta mandada observar anualmente, juraron solemnemente celebrarlas, el cabildo, justicia y regimiento,gobernadores de las provincias de Tucumán, obispos, clero secular y regular y todo el pueblo de Salta.
Cada día se acrecenta la devoción hacia estas veneradas imágenes, sin duda alguna, son fuente de gracia y bendiciones para sus devotos.